Por primera vez en la historia de una competición mundial los hombres participan en natación sincronizada. Pueden bailar en el agua, pero en dúos mixtos. Esta modalidad por fin permite que deportistas de élite (y veteranos) como el estadounidense Bill May y el francés Benoit Beaufils puedan demostrar que están al mismo nivel que las mujeres. Kazán es la ciudad rusa donde por primera vez desde 1952, cuando la sincronizada debutó en unos juegos olímpicos, se pueden ver las habilidades de estos hombres que han sido vetados por una normativa sexista. Hasta ahora solo podían competir en torneos nacionales y países como Estados Unidos y Canadá cuentan con un equipo propio.
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